-No se puede resolver un problema con la
misma mente que lo creó. Se tiene que aprender a ver el mundo otra vez.- Albert
Einstein. Una frase con la que el célebre genio nos abre un espacio para
reflexionar. Siempre es mejor ver un conflicto desde afuera para encontrar la
mejor solución, ya que podemos encarar al problema con otros ojos, con otro
paradigma. Aunque esto suena fácil, lo difícil es detonar este cambio de
paradigma. Mi detonador, fue el documental por National Geographic llamado “La
huella ecológica del hombre”.
Todos los que pisamos este mundo dejamos una
huella. No sólo por el hecho de vivir en él, sino también por relacionarlos con
los individuos que este alberga. Consumimos de él y le devolvemos a él, nos relacionamos
con la flora y fauna de él y vivimos en sociedad en él. Por el simple hecho de
que nuestra vida transcurra en este planeta, inferimos de un modo u otro en él.
Dejamos una huella a cada paso de nuestras vidas, y no parecemos darnos cuenta
de la incidencia que nuestra propia existencia tiene a nuestro alrededor.
Al afectar con nuestra presencia nuestro
entorno, asimismo, afectamos a nuestro planeta. Creamos buenos momentos, al
igual que pilas de desechos, y ambos inciden en nuestras vidas. Quizás no
directamente, pero las acciones que tomamos, las huellas que vamos dejando, tienen
proyecciones, ya sean positivas o negativas, en el futuro. Al no verlo
diariamente, lo que solemos pensar es que la cantidad de desechos que
producimos por culpa del consumismo masivo actual no es tan terrible. Y, aunque
puede ser que no sea normal para nosotros ver una tonelada de basura todos los
días, es esa la realidad en otros países. El paradigma actual de algunos es que
las cosas no son tan terrible como las pintan, y el de otros es que si lo
fueran, sería muy difícil recuperar nuestro planeta de antes, nuestro planeta
verde. Este es el paradigma que debe cambiar, porque para resolver el problema
de la contaminación, debemos aprender a ver el mundo otra vez. Para mí, la
realidad es que no nos proponemos las cosas en serio. Vivimos en un momento en
que lo que rige es la ley del mínimo esfuerzo, y por esto, la gente no se ve
motivada para intentar siquiera hacer algo bueno por nuestro planeta.
Yo creo que si nos lo propusiéramos, podríamos
mejorar al mundo, pero hasta que no este la voluntad para cambiar nuestro
paradigma, hasta que no nos demos la frente contra la pared, no nos vamos a dar
cuenta del verdadero problema, y vamos a seguir viviendo en esa burbuja del “todo
esta bien”. Para finalizar, dejo un fragmento del
documental, que muestra una estimación de la cantidad de desechos que tiramos en nuestra vida, nuestra “huella humana”.